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ULTIMO MOMENTO

RACING CAMPEON



Fueron 35 años de sequía. Más de tres décadas sin poder celebrar un título. Racing no la pasó bien en ese tiempo, por eso fue tan especial la tarde del 27 de diciembre del 2001. 
Porque después de tantos partos, la Acadé volvió a festejar. Volvió a dar una vuelta y pudo desprenderse de las malas rachas y desahogarse, a pesar de sufrir hasta el último minuto. 
Ya que este martes se cumplen 15 años de aquel Clausura, revivimos en Goles Retro el tanto que marcó Gabriel Loeschbor en el empate contra Vélez que consagró a los Albicelestes.

Racing venía con una buena campaña en el 2001, pero tuvo que sufrir hasta último momento, ya que no pudo asegurarse la consagración. Le tocó definir el torneo contra Vélez, que no se presentaba como un partido fácil. Sin embargo, la ilusión podía más y, paso a paso, como decía Mostaza Merlo, pudieron concretar el sueño. En el segundo tiempo, apareció Gabriel Loeschbor, el de los goles importantes, para abrir el marcador de cabeza (en offside) y sembrar tranquilidad en los miles de hinchas de la Acadé que estaban en el Amalfitani.

El Fortín logró empatarlo vía Mariano Chirumbulo, pero no pudo impedirle la consagración a Racing. La Academia volvía a dar una vuelta después de 35 años y Mostaza Merlo se convirtió en uno de los ídolos más queridos del club luego de llevar al equipo a la gloria. 

Fuente: Olé.
Retoque fotográfico: @RCMSnews

113 AÑOS

Racing cumple 113 años y lo festeja con toda su gente, esa que lo sostuvo en las malas y que lo empuja a seguir creciendo en las buenas. Diego Milito y Lisandro López, ídolos que conviven en el actual plantel, contaron cómo se hicieron hinchas de la Academia.

La Academia es la Academia porque en la segunda década del Siglo XX brilló en todas las canchas en las que jugó y porque en esa época consiguió lo que ningún otro equipo lograría jamás: coronarse de forma consecutiva entre 1913 y 1919 y ser heptacampeón del fútbol argentino. De la mano de fenómenos como Pedro Ochoa, como Alberto Ohaco y como Natalio Perinetti, además de los títulos de 1921 y de 1925, obtuvo también doce copas nacionales que transformaron a la institución en la más ganadora en esa clase de competiciones.

Juan Carlos Salvini, Norberto Méndez, Rubén Bravo, Llamil Simes y Ezra Sued formaron en 1949 una delantera fenomenal que le devolvió a Racing el protagonismo que no había podido lograr desde el inicio de la era profesional. Campeón en 1949, en 1950 y en 1951, el equipo de Guillermo Stábile se consagró tricampeón el 5 de diciembre de 1951 en el Viejo Gasómetro, ante Banfield, gracias a un brillante zapatazo de Mario Boyé. Las alegrías de 1958 y de 1961, comandadas por Juan José Pizzuti y por Orestes Omar Corbatta, ratificarían el inmenso lugar del club en la escena  deportiva nacional.


El 4 de noviembre de 1967, en el Estadio Centenario, Juan Carlos Cárdenas sacó un zurdazo tremendo que se coló en el ángulo superior derecho del arquero del Celtic Glasgow y que llevó a Racing a la cima mundial. Sí, así como suena: la Copa Intercontinental era para el conjunto de Pizzuti, que había conseguido previamente el título local de 1966 y la Copa Libertadores de 1967. 

La primera edición de la Supercopa Sudamericana fue el siguiente golpe de la Academia: el 18 de junio de 1988, en el estadio Mineirao y con un gol de Omar Catalán, se quedó con el torneo tras empatar 1 a 1 ante el Cruzeiro. Atrás de esa sonrisa, llegó el turno de levantar la Supercopa Interamericana frente al Club Sport Herediano de Costa Rica.


Racing supo atravesar y superar complicados momentos institucionales y, como si eso fuera poco, encontró la manera de sobreponerse a 35 años sin ganar campeonatos argentinos. 

En el Apertura 2001, bajo la conducción técnica de Reinaldo Merlo, lo consiguió gracias a una campaña sólida y consistente. Pero, si de logros se trata, probablemente el más destacado haya sido la recuperación de la democracia institucional a partir de finales de 2008. El club, gobernado ahora por el voto de sus socios, volvió a ser campeón el 14 de diciembre de 2014, con Milito como gran emblema de un equipo inolvidable.

Hoy, con nuevas ilusiones encima, con el hambre de gloria intacto, Racing va por más. ¡Feliz cumpleaños, Academia! 

Fuente: racingclub.com

CAMPEONES



A mediados de 2014, Diego Milito volvió a Racing con la idea de devolverle la gloria al club y llevarlo nuevamente a los primeros puestos. El panorama no era sencillo, con un equipo que venía de una mala campaña, con un DT sin identificación con el club y un plantel totalmente nuevo. Sin embargo, su retorno fue el inicio de uno de los ciclos más exitosos de la Academia, que un día como este lunes, pero un año atrás, se consagraba campeón en el Cilindro al vencer a Godoy Cruz por 1-0 con gol de Ricardo Centurión. Así, obtuvo su título número 17 luego de 13 años. 

Como cada año, Racing fue pura ilusión en el arranque y los triunfos ante Defensa y Justicia y San Lorenzo generaron gran expectativa. Sin embargo, las caídas ante Tigre, Independiente y Lanús fueron un duro golpe. El entrenador Diego Cocca ya estaba en la cuerda floja y era cuestionado, sin embargo, Racing demostró una vez más que en las difíciles, saca a relucir lo mejor de sí. Y si bien Milito fue el gran símbolo del Racing campeón, al Príncipe le apareció un socio de lujo. Gustavo Bou, que era mirado de reojo, se convirtió a fuerza de goles y grandes rendimientos en una pieza clave. Su racha goleadora arrancó ante Newell's, pero el punto de quiebre fueron sus dos tantos a Boca en 10 minutos, para dar vuelta la historia en la Bombonera y demostrarle a la gente, y a sí mismo, todo lo que podía dar. Los dobletes ante Belgrano y Estudiantes de visitante confirmaron que lo suyo era cosa seria.


Tras un comienzo con dudas, el equipo se fue consolidando y empezó a arrimarse a los puestos de arriba. Y así como el Apertura 2001 tuvo el "Paso a Paso" de Merlo, el 2014 de la Acadé estuvo marcado por el "Racing Positivo", una frase que habla por sí sola de cómo se mentalizó el equipo para llegar a la gloria. Quedaban seis fechas, y aunque parecía una utopía, el plantel se comprometió a dar la vida para obtener los 18 puntos en disputa. El liderazgo de Milito se hizo más fuerte que nunca. Pero también el de Cocca, que encontró el equipo y armó un conjunto sólido y contundente. Justamente la solidez fue clave en el tramo final, ya que Racing no recibió goles en los últimos seis partidos. La defensa fue una muralla, con Luciano Lollo como caudillo en el fondo y un batallador Videla que fue esencial en el medio.


El penal que atajó Saja y el agónico gol de tiro libre de Bou ante Quilmes, cuando todo parecía perdido, fueron señales de que el título era posible. Con ese triunfo, Racing se puso a un punto de River, a quien debía enfrentar. Aún se festeja el rebote en Funes Mori que ingresó al arco de Barovero para conseguir un 1-0 tan sufrido como festejado. Racing llegaba a la punta, a dos del final. Y en el momento clave, el ídolo volvió a aparecer. 

Milito se despachó con un doblete para golear a Central en Arroyito y seguir en la punta. En la última fecha, un Cilindro con más de 50.000 almas fue testigo de la hazaña. Amague y centro de Díaz para un cabezazo de Centurión, que quedará inmortalizado por siempre. Como el gol del Chango o el de Loeschbor. Racing ganó 1-0 y desató la locura de todos sus hinchas, que más tarde celebraron junto a los jugadores en el Obelisco. Un título que sirve como muestra de la esencia de Racing, que padeció y sufrió, pero con la fuerza inquebrantable de su equipo y su gente, se levantó y llegó a la gloria.

FELICES 112!

Todos nosotros somos Racing porque Racing es una patria profunda, una identidad imborrable, un sentimiento que traspasa generaciones, una pasión que nació el 25 de marzo de 1903 gracias a la voluntad de construir vida con otros que tuvieron los muchachos de Colorados Unidos al Sud y los muchachos de Football Club Barracas al Sud. Y hoy, 112 años después de aquel mítico día, sobran los motivos para celebrar un nuevo aniversario de la fundación del club de nuestros amores.

La Academia es la Academia porque en la segunda década del Siglo XX brilló en todas las canchas en las que jugó y porque en esa época consiguió lo que ningún otro equipo lograría jamás: coronarse de forma consecutiva entre 1913 y 1919 y ser heptacampeón del fútbol argentino. De la mano de fenómenos como Pedro Ochoa, como Alberto Ohaco y como Natalio Perinetti, además de los títulos de 1921 y de 1925, obtuvo también doce copas nacionales que transformaron a la institución en la más ganadora en esa clase de competiciones.

Juan Carlos Salvini, Norberto Méndez, Rubén Bravo, Llamil Simes y Ezra Sued formaron en 1949 una delantera fenomenal que le devolvió a Racing el protagonismo que no había podido lograr desde el inicio de la era profesional. Campeón en 1949, en 1950 y en 1951, el equipo de Guillermo Stábile se consagró tricampeón el 5 de diciembre de 1951 en el Viejo Gasómetro, ante Banfield, gracias a un brillante zapatazo de Mario Boyé. Las alegrías de 1958 y de 1961, comandadas por Juan José Pizzuti y por Orestes Omar Corbatta, ratificarían el inmenso lugar del club en la escena  deportiva nacional.

El 4 de noviembre de 1967, en el Estadio Centenario, Juan Carlos Cárdenas sacó un zurdazo tremendo que se coló en el ángulo superior derecho del arquero del Celtic Glasgow y que llevó a Racing a la cima mundial. Sí, así como suena: la Copa Intercontinental era para el conjunto de Pizzuti, que había conseguido previamente el título local de 1966 y la Copa Libertadores de 1967. La primera edición de la Supercopa Sudamericana fue el siguiente golpe de la Academia: el 18 de junio de 1988, en el estadio Mineirao y con un gol de Omar Catalán, se quedó con el torneo tras empatar 1 a 1 ante el Cruzeiro. Atrás de esa sonrisa, llegó el turno de levantar la Supercopa Interamericana frente al Club Sport Herediano de Costa Rica.


Racing supo atravesar y superar complicados momentos institucionales y, como si eso fuera poco, encontró la manera de sobreponerse a 35 años sin ganar campeonatos argentinos. En el Apertura 2001, bajo la conducción técnica de Reinaldo Merlo, lo consiguió gracias a una campaña sólida y consistente. 

Pero, si de logros se trata, probablemente el más destacado haya sido la recuperación de la democracia institucional a partir de finales de 2008. El club, gobernado ahora por el voto de sus socios, volvió a ser campeón el 14 de diciembre de 2014, con Milito como gran emblema de un equipo inolvidable.

Hoy, en un día de fiesta para todos, luce el saludo de los que te defienden partido a partido en la cancha. ¡Feliz cumpleaños, Academia!





TRANSPIRAMOS EL MANTO, VOLVIMOS A CREER EN EL FUTBOL 

UNA VIEJA CHIFLADA

Pasaron 16 años de aquella vez en la que los simpatizantes académicos coparon el Cilindro de Avellaneda. Cuarenta mil almas llenaron un estadio para evitar la desaparición del Club. 
 
Sino hubiese sido por la pasión inquebrantable del simpatizante racinguista la síndico Ripoll hubiera liquidado los bienes de la institución. 


«Racing Club Asociación Civil no existe más»  
Racing Club debía comenzar el Clausura 1999 jugando en su estadio ante Talleres de Córdoba. 

Sin embargo, debido a la quiebra pedida por su Presidente de aquel entonces Lalín, la Academia se vio inhabilitada a disputar el cotejo ante su par cordobés. 


Por aquel entonces, la institución de Avellaneda resistía gracias al pulmotorax denominado hinchada. 

Los simpatizantes académicos acudieron al Cilindro el día y horario en que supuestamente debía comenzar el partido para tratar de evitar que el Club desapareciera. 

Dieciséis años más tarde, la situación es mucho más alentadora.

Racing Positivo

TRANSPIRAMOS EL MANTO, VOLVIMOS A CREER EN EL FUTBOL 

SUPERCOPA 88


HOY HACE 25 AÑOS:

En 1988 la CONMEBOL creó la Supercopa sudamericana, y en ella participarían todos los clubes que hubiesen ganado alguna vez la Copa Libertadores. La competencia comenzaba en octavos de final, pero como había 13 equipos participando hubo algunos huecos en las llaves. 

Por eso Racing pasó directamente de octavos a semifinales, luego de eliminar al Santos y quedar libre en cuartos de final. River apareció en su camino y los de Basile se llevaron la serie, que fue cerrada. 

En el Cilindro se impusieron los locales por 2 a 1 y en la revancha un agónico gol de Néstor Fabbri puso al equipo en la final. 

Fiel a sí mismo (?), Racing luchó, sufrió y ganó en la última serie contra Cruzeiro. El primer partido se jugó en Avellaneda. Robson adelantó al Zero, pero Fernández marcó el empate, y en el final del encuentro Miguel Colombatti le dio la victoria a Racing. En Belo Horizonte, Omar Catalán fue el encargado de meter el gol que prácticamente cerraba la historia. 

Nuevamente Robson conquistó el empate, pero ya no hubo tiempo para más, y después de 21 años Racing volvió a levantar una copa.

Aún con todos los problemas institucionales y económicos que el club seguía arrastrando, el Coco había logrado formar un muy buen equipo. Las últimas atajadas del Pato Fillol, la entrega y la firmeza en la defensa del joven Néstor Fabbri, la lucha en el medio de Jorge Camote Acuña o Perico Pérez en el medio, los goles de Walter Fernández y de un joven Mencho Medina Bello, y sobre todo la batuta creativa del gran Rubén Paz


RECUERDOS SOBRE EL TíTULO: 


 Una de las cosas que más recuerdo de ese título es una frase que dije a mitad de la copa: "Racing tiene una fuerza oculta", y me refería a su hinchada. 

Esa gente fue algo impresionante que sólo lo puedo comparar con lo que viví en el mundial ´78, salvando las diferencias, ya que en ese momento nos apoyaban 25 millones de Argentinos, pero esta hinchada no se quedó atrás y fue un jugador más para conseguir la Supercopa.

La Guardia Imperial (cómo se la conoce) con su amor incondicional y su constante aliento nos transmitió esas ganas de ser campeones.

Eramos un grupo muy unido y sabíamos lo que queríamos conseguir. Nos habíamos mentalizado de una manera muy fuerte para lograr ese título. Había un clima increíble entre los jugadores y también con el cuerpo técnico. Recuerdo que hacíamos reuniones para fortalecernos y afianzar nuestra relación y para apuntalar a los más jóvenes del plantel. Cuando alguno de nosotros flaqueba por alguna razón, estaba el grupo para sacarlo a flote, darle fuerza y así no desviar la atención del objetivo de ser campeones.

A medida que iban pasando los partidos para llegar a la final, la palabra campeón se hacía sentir aún más,y para nosotros nunca fué una presión, sino que lo tomábamos como un incentivo para poder lograrlo. Eso habla de la fuerza que tenía ese grupo.

¿Cuál era el mensaje del técnico?

Alfio Basile siempre predicó que jugáramos bien al fútbol. Tuvo una fuerza y una garra terrible. Trabajaba mucho durante la semana y el día del partido nos pedía simplemente lo que veníamos haciendo, por eso nos hacía todo más fácil. Era un ganador nato que nos transmitió todo ese concepto porque conocía a Racing como nadie. Era claro en sus conceptos y no tenía doble discurso.

LA DEFENSA:
Formada por Vásquez, Costas, Fabbri y Olarán.
Como arquero me hacían sentir seguro. Era un defensa que trabajaba en conjunto y se coordinaba a la perfección.

Carlos Vásquez: Era un jugador con mucha garra y buena marca. Cumplía con lo que le pedía el técnico. Cuando tenía un espacio se iba al ataque. Era un defensor rápido.

Gustavo Costas: Era un defensor con muy buena técnica que nunca apelaba a los pelotazos, siempre salía jugando. Anticipaba siempre al delantero porque sabía leer muy bien la jugada. Manejaba bien el juego aéreo.

Nestor Fabbri: Un muchachito de tan sólo 19 años que jugó con una jerarquía impresionante. Muy buen manejo del balón. Cada vez que teníamos una pelota parada, se iba al ataque. Uno de sus fuertes era el cabezaso, tanto en ataque como en defensa. Hablaba mucho a sus compañeros para ordenar y alentarlos. El mejor Fabbri que ví dentro de una cancha de fútbol.

Carlos Olarán: Ya lo conocía de mi paso por Argentinos Juniors y sabía lo que podía rendir. Fué un jugador muy parejo en todos los partidos. Gran marca, temperamento y buena salida por su lateral cuando se iba al ataque. Sabía cerrar la espalda de Fabbri cuando éste se iba al ataque.

EL MEDIOCAMPO
El coco supo como parar un mediocampo que tenía lo esencial: Despliegue, quite y creación. Formado por Acuña, Ludueña, Colombatti y Ruben Paz.

Hugo Lamadrid: Un juvenil que apareció en esa época. Mucha marca y buena técnica. Debido a su altura, tenía un gran juego aéreo que lo usaba tanto para defender como para atacar. No se achicaba nunca. Un jugador positivo dentro del grupo que las veces que le tocó entrar, rindió como se esperaba.

Jorge Acuña: Muchísimo despliegue. Buena técnica y un gran sacrificio. Un jugador que corría por los demás y daba la pelota limpia a los creadores del equipo. Se entendía  muy bien con Ludueña. Pura entrega. Era de hablar mucho con sus compañeros dentro del campo de juego. Fué el termómetro del equipo.

Miguel Angel Ludueña: Un cinco que tuvo mucha marca y cuando tuvo la pelota en sus pies la manejaba con mucha calidad. Con Acuña sabían siempre que hacer. A pesar de no tener un físico imponente, se hacía valer dentro de la cancha.

Miguel Angel Colombatti: Un jugador exquisito. Tenía una habilidad asombrosa. Se movía bastante para quedar siempre libre para recibir el balón. Asistía muy bien a los delanteros. Tenía una pegada brillante y la pelota parada era uno de sus fuertes. Era muy inteligente y un gran cabeceador. Definió como los dioses en el gol de la final en cancha de Racing.

Ruben Walter Paz: Uno de los mejores jugadores que ví durante mi carrera. Era capaz de inventar una jugada de gol en una baldosa. Era el cerebro del equipo, el creador. Cabeceaba muy bien. Su arma letal eran los tiros libres que eran medio gol. Dejaba mano a mano a los delanteros con el arquero. Un fenómeno. Un distinto. 

LA DELANTERA:
Formada por Walter Fenandez, Medina Bello, Toti Iglesias y Omar Catalán.
Una delantera que tenía desborde, movilidad y gol. Siempre tenía variantes para tratar de quebrar a la defensa rival.

Toti Iglesias: jugó un solo partido, pero dejó lo suyo: el gol. Un delantero experimentado que le hizo bien al grupo. Lástima que no se pudo quedar hasta el final.

Walter Fernandez: Un puntero con mucho desborde y una fuerza impresionante. Encaraba hacia adentro y lastimaba la defensa rival. Una pegada bárbara. Tiraba centros que caían en la cabeza de los centrodelanteros. Importantísimo en toda la Supercopa. Además, fué el goleador de Racing en éste certamen con tres goles, dos de los cuáles fueron en la semifinal y otro en el partido de ida en cancha de Racing en la final frente a Cruzeiro. Fundamental.

Omar Catalán: El jugador que estaba predestinado para quedar en la historia. Hizo el gol fundamental en la final de Belo Horizonte. Era rápido, desbordaba mucho. Tenía un gran olfato goleador.

Medina Bello: Un delantero con una fuerza impresionante. Te encaraba en velocidad y te pasaba por arriba. Su fuerte era la pegada, parecía que tenía un misil en la pierna. Un gran goleador.
EL PARTIDO MAS IMPORTANTE:
Siempre se tiene que elegir el partido final, por eso elijo los dos partidos contra Cruzeiro. Fueron partidos que se jugaron con todo el corazón y donde sabíamos que un error nos iba a costar por completo todo el sacrificio que habíamos hecho. Aparte los Brasileros tenían un gran equipo que en ningún momento se dieron por vencidos. Nuestro orden y ganas de ser campeones, nos permitió llevarnos la Copa.

LA ATAJADA MAS IMPORTANTE:
Un cabezazo que le saqué a Centurión. Fué en cancha de Racing, en la semifinal jugada frente a River. Palma tira un centro al área de Racing que estaba llena de jugadores y en medio de ese lío Centurión logró impactar el balón con una certeza formidable que iba en dirección  al palo derecho inferior que defendía yo. Tuve mucha reacción de piernas y volé hacia abajo rapidamente y logré tocar el balón muy exigido y desviarlo al córner. La veo hoy y me sorprendo que con 38 años hice una volada como esa para evitar el gol. Hubiera significado el empate de River.

 LAS FIGURAS DEL EQUIPO: Paz, Ludueña y Fillol







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